Nueva denuncia contra el Minsal: Trabajadores Hospital San José alertan sobre anomalías contractuales y sobre explotación
Por: Equipo “Cápsula Informativa”
Durante 2020, los trabajadores del área de salud del Hospital San José no han tenido ni un día de respiro, no sólo por el alto número de personas que llegaron al recinto cuando partió la pandemia, transformándose en pacientes Covid-19, con falta de insumos y de personal, sino también por una seguidilla de problemas en sus contratos y que se vienen arrastrando sin solución.
Los profesionales se han movilizado hace varias semanas en las calles, para visibilizar lo que está ocurriendo y la mirada de reojo por parte de las autoridades de salud, como si nada estuviera ocurriendo, sin escuchar las demandas.
Y el panorama es aún más complejo, teniendo falta de personal y ya está claro que se viene una segunda ola de contagios de Covid-19. ¿Qué se hace?, ¿quién asume desde el Ministerio de Salud la responsabilidad por no financiar la llegada de más profesionales?
¡Más pacientes y menos profesionales!
Manuel Gálvez, kinesiólogo del Hospital San José, quien cumple funciones en la Unidad de Emergencia, en conversación con “Cápsula Informativa”, relata que entre marzo y abril los especialistas en su área funcionaban como una unidad de apoyo.
Antes de la pandemia, se hizo una transformación interna por el aumento de camas críticas, por ejemplo la Unidad Crítica pasó de tener 11 camas a 25 y la Unidad Intermedia pasó de tener entre 18 y 20 camas, a 50.
En pandemia, hubo un aumento del recurso humano, en refuerzos a honorarios, financiados con dineros del Ministerio de Salud asociados al Covid-19.
El problema, afirma Manuel Gálvez, es que a medida que fue bajando la primera ola de contagios, se fue poniendo término a los contratos, llegando en noviembre a 30 contratos finiquitados y se volverá a la dotación original de pre pandemia. En la práctica, lo que se hizo fue redistribuir los cargos, pro no se aumentó el personal, es decir, “se desviste un santo para vestir a otro”.
Según el profesional, “nosotros, para poder cubrir esos espacios que quedaron en las unidades más complejas, se debieron transformar cargos diurnos (44 horas) en cuartos turnos, para poder generar un cuarto turno, necesitas cuatro personas, por lo tanto, transformaste cuatro coberturas diurnas en una sola nocturna y, eso, implica que no se puede atender a los pacientes ambulatorios”.
Para que usted entienda lo que estamos hablando, le damos un ejemplo concreto: el kinesiólogo Gálvez trabajaba en la Unidad de Cirugía de lunes a viernes de 07:30 a 16:30 horas y por los cambios, a raíz de la cobertura y la complejidad, su jornada ahora significa trabajar 24 horas y 3 días libre.
¿Qué pasaría si estos cargos diurnos se vuelven a los turnos de origen que tenían los profesionales, antes de la pandemia?
-Vas a dejar sin cobertura a la UTI y a la Urgencia. Pase lo que pase, vamos a tener una situación muy crítica, porque no vamos a tener cómo cubrir desde la Unidad de Kinesiología la demanda de pacientes. Esto nos tiene muy agotados, porque no sabemos qué va a pasar con nuestras condiciones contractuales.
¿Qué es lo que ustedes están solicitando?
-Vamos a hacer nuestra “pega” y cumplir con lo que se tiene que cumplir, no más allá de lo que sea excesivo. Por lo tanto, habrá momentos donde no vamos a poder acceder a todas las peticiones que tiene la Unidad (de Kinesiología) sobre nosotros.
Queremos que nos escuchen en cuanto a la real demanda existente en los servicios y que, básicamente, está vinculada a la atención de pacientes, para que se puedan organizar las atenciones y se pueda contar con el recurso necesario para poder atender lo mínimo de lo mínimo, ni siquiera estamos pidiendo que se cumplan los estándares que debieran ser. Estamos pidiendo que exista cobertura en Urgencia o en la UTI, donde, eventualmente, en el peor escenario, no habrá cobertura, es un escenario para nosotros y para los pacientes bien triste.
¡La desprotección!
Alexis Álvarez, terapeuta ocupacional del Hospital San José, plantea que, en el contexto de la pandemia, uno de los aspectos controversiales tiene que ver con la transformación de unidades que eran de baja complejidad a unidades de alta complejidad como son las unidades de tratamiento intensivo.
“Lo que ha ocurrido es que en el hospital se ha transformado una unidad que fue el médico quirúrgico correspondiente al quinto piso y pasó a ser una UTI. Lo complejo es que se transformaron esas camas, sin hacer un levantamiento de necesidades respecto de los recursos humanos requeridos, por lo tanto, en el contexto de pandemia, implicó ausentismo, licencias de trabajadores, nuevos formatos de trabajo como el tele trabajo para mantener una dotación permanente de profesionales que pudiese atender, sin la necesidad de hacer reemplazos”.
¿Cómo impacta esa realidad, en la práctica?
-Toda esta situación laboral, que está basada en los recursos humanos, se vio afectada, como consecuencia de no haber hecho un estudio, de no haber seguido las indicaciones que daban los especialistas internos.
Nos hemos visto durante todo el proceso de pandemia sobre demandados, con muchas bajas profesionales. Hoy, nos vemos en un peor escenario, porque todos estos recursos humanos que eran, en gran parte ambulatorios y que durante la contingencia se invirtieron al hospital, en algún minuto, van a volver a sus labores en ambulatorio y nuestra cobertura va a quedar aún más desprovista.
¿Cuál es el escenario ante un eventual rebrote de Covid-19?
-De haber un nuevo rebrote y de volver al formato de trabajo anterior, quedamos desprovisto de una capacidad de cobertura total de los pacientes. Evidentemente, comenzaría todo el engranaje de tele trabajo, de tele asistencia, de suspender el ambulatorio.
En el caso de los pacientes que están en ambulatorio, se han ido acumulando listas de esperas tremendas que ya existían, ya trabajábamos con valores infra lo requerido y, de volver el brote, se volverían a relajar todos los tratamientos ambulatorios.
Y parte importante de nuestro personal, debiese ocupar horas en hacer tele asistencia y no podríamos seguir “pateando” esta necesidad, porque la gente necesita rehabilitación y seguir directrices de cómo seguir el tratamiento que comenzaron en el hospital.
Si existiese un rebrote, nosotros quedamos aún más en desventaja, respecto de poder dar cobertura a todas las necesidades que implican los pacientes hospitalizados y ambulatorios.
¿Estamos ante un problema de gestión o de recursos?
-La gestión deja mucho que desear en términos de hacer levantamiento de necesidades, de consultar desde las bases qué es lo que las unidades necesitas. Muchas veces, se toman decisiones unidireccionales o que contemplan sólo un segmento de los estamentos y el resto, simplemente, tiene que acomodarse.
Estos procesos inductivos terminan desgastando a los trabajadores del hospital, porque no hay coherencia. En el discurso, somos parte de un equipo, pero en la práctica, eso no ocurre. Siempre todo es reactivo, después que ha reventado la burbuja.
Sin haber resuelto o paleado, de alguna manera, las consecuencias del primer brote de Coronavirus, va a ser nefasto un segundo rebrote en la salud mental de los trabajadores. No creo que sea fácil enfrentarlo.
¡La Geriatría: al margen!
Benjamín Calixto, fonoaudiólogo de la Unidad de Geriatría del Hospital San José, en conversación con “Cápsula Informativa”, indica que siempre han tenido dificultades para la formación de cargos a nivel nacional, en parte por la invisibilización del trabajo que realizan en esta área.
El profesional relata que en dicho recinto, hay 6 fonoaudiólogos, 3 de los cuales están durante 44 horas y los otros 22 horas. “Lo más complicado con el tema de la pandemia es que han aumentado la cantidad de camas y tenemos camas nuevas de UTI que llegan a 53 y de UCI 32, para lo cual contamos con 28 horas de fonoaudiología para todas esas camas, que suman 85 pacientes”.
¿Cómo es el trabajo de ustedes ante la pandemia?
-Hemos tenido mucha participación, por ejemplo, para evaluar los procesos de entubación de pacientes Covid-19, la rehabilitación de pacientes con traqueotomía, participamos en los procesos de la capacidad para alimentarse de los pacientes, en su rehabilitación vocal, porque los pacientes post intubación quedan con disfonía, con disfagia y con toda una neuropatía de pacientes críticos que implica, muchas veces, dificultades de comunicación.
Benjamín Calixto señala que “nuestro perfil ha cambiado. Personas que hacían ambulatorio han cambiado sus servicios para tratar y evaluar a pacientes en camas medias y críticas, por lo tanto, ha habido también un proceso de formación y de especialización respecto a eso, pero, al final, el hospital está funcionando en base a la voluntad de los trabajadores de cubrir otro servicios.
Es importante que se visibilice la utilidad que nosotros brindamos y que se traduce en producción de días camas, en bienestar del paciente. Un tratamiento médico es distinto a una atención directa de rehabilitación con el paciente y, en ese sentido, necesitamos que haya más personal para poder organizarnos de mejor manera y destinarle el tiempo que, verdaderamente, requieren los pacientes.
¿Qué está pasando, en la práctica?
-Estamos, básicamente, realizando evaluaciones y los procesos de tratamiento han quedado mermados. Nuestro reclamo de cantidad de horas no es para estar más tranquilos o más relajados, sino para poder, realmente, hacer las cosas bien.
¡Vacío y responsabilidad del Gobierno!
Por su parte, Mauricio Navarro, quien está a cargo de la Secretaría de Movilización de la Fedeprus R.M., en conversación con “Cápsula Informativa”, señala que hace meses venimos denunciando las anomalías que afectan a los trabajadores, hay una menor cantidad de profesionales que está bajo los estándares de atención. Por ejemplo, en una Sala de Cuidados Intensivos debiera haber una enfermera cada 3 ó 4 pacientes y, eso, no se cumple.
Navarro, afirma que “lo que hizo la pandemia fue agudizar más la situación que se arrastra por largo tiempo. Cuando nosotros exigimos que debían generarse los contratos para dar cobertura a las atenciones y costó mucho que el Gobierno entendiera la situación y contratara a la gente necesaria. En el caso del Hospital San José, estos contratos se vinieron a dar casi en mayo”.
Añade que “la gente que llegó a trabajar, asumió labores que ya eran necesarias, antes de la pandemia y que, hoy, cuando se pone término a sus contratos, por falta de presupuesto según lo que informan las autoridades, nuevamente, generan un tremendo vacío y un abandono en la atención de muchos pacientes”.
A juicio del dirigente de la Fedeprus R.M., “es, sumamente, preocupante lo que va a ocurrir, van a quedar muchas prestaciones que se estaban entregando, sin poder hacerlo”.
Mauricio Navarro plantea que “los trabajadores están tomando conciencia de que están siendo explotados y sobre explotados por un patrón que se llama Ministerio de Salud, Servicio o Dirección del hospital y se escudan en el tema de la ética, de la vocación y de que estamos al servicio de la salud pública y, eso, lo están utilizando en contra de los propios trabajadores”.
¡Oportunidad de la atención al paciente!
Alberto Ganga, tecnólogo médico de Imagenología y Radiodiagnóstico del Hospital San José, en entrevista con “Cápsula Informativa” señala que, históricamente, Imageniología ha tenido déficit de personal, lo que se puede justificar, de alguna manera por la cantidad de equipos de los que se dispone, pero no hay la cantidad de recurso humano suficiente.
“Cuando llegó el refuerzo en situación crítica de la pandemia, se pudo suplir gran parte de lo que podemos hacer y el refuerzo dio apoyo a otras áreas, como scanner o radiología convencional y era la dotación mínima que podíamos tener”.
¿Este refuerzo fue cuando comenzó la pandemia o antes?
-Fue en mayo, porque aumentó al doble la demanda de los equipos portátiles que son los que van a los servicios y empezamos a tener reclamos de médicos, de urgencia, de neonatología, de los médico-quirúrgicos y hubo malos tratos y acoso laboral y, frente a eso, hicimos una petición y se otorgó ese personal adicional.
Alberto Ganga explica que el actual escenario es aún peor, porque los pacientes que, en su momento, fueron suspendidos en su atención, a raíz de la pandemia, están volviendo. “Se abrieron las atenciones de pacientes ambulatorios, la Urgencia volvió a la normalidad en cuanto a pacientes y como tecnólogos estamos preocupados, porque cómo vamos a dar abasto con tantos pacientes y la atención se va a ver disminuida, tanto en los pacientes hospitalizados como los ambulatorios”.
¡Estancados!
Roberto Acha, es tecnólogo médico, grado 13 desde 2001 en el Hospital San José. Ese dato, no es menor, porque significa que hace 20 años que se mantiene en el mismo grado y es una realidad que enfrentan, injustamente, muchos de los trabajadores de la salud pública.
Por ejemplo, dice Acha, los profesionales que están en los otros recintos cercanos y en la misma red, figuran en el grado 10. “Y en el Roberto del Río, hacen sólo radiografías y nosotros tenemos que hacerles los scanner a ellos. Es “tirado de las mechas. Incluso, nuestros TENS, que son los técnicos de nivel superior que nos acompañan en nuestras labores, en nuestro hospital están los mejores en grado 20 y, en los otros hospitales, están en grado 18”.
¿Por qué se da esta situación en el Hospital San José?
-Es una injusticia. El Hospital San José es el único hospital base del área Norte y de referencia también para todo el Norte, porque nos llegan pacientes de La Serena, Coquimbo y Antofagasta.
El Hospital San José, el Hospital del Cáncer, el Hospital Roberto del Río dependen de la Dirección del Servicio de Salud Metropolitana Norte y no podemos entender por qué los otros hospitales tienen mejores grados que nosotros, que hacemos y absolvemos la mayor cantidad de trabajo de pacientes del área Norte.
¿Cuál es, a su juicio, la razón por la que se producen estas diferencias entre un hospital y otro, pero que pertenecen a la misma red?
-Pasa por la disposición de quienes han estado, hasta la fecha, en la dirección del Hospital San José, que no se la han jugado. Los colegas del Roberto del Río y los Colegas del Hospital del Cáncer han tenido el apoyo de la dirección de su hospital para pedir aumentos de grado.
En cambio, los directores que hemos tenido, no se han jugado el “pellejo” por el servicio de imagenología. Estamos hablando de nivelar los ingresos, con respecto a nuestros colegas.
Estamos haciendo en promedio un total de 120 exámenes diarios y, eso, no se ve en ningún lugar de Chile y, entonces, la carga de trabajo que tenemos es grande. Debemos atender los pacientes nuestros de la Urgencia, los pacientes hospitalizados, los ambulatorios del Hospital San José, los niños del Roberto del Río, los pacientes que vienen del psiquiátrico y, algunas veces, los pacientes que vienen del Hospital del Cáncer que no los pueden atender después de las 17 horas y los atendemos nosotros en el scanner.
Galería de fotos de trabajadores del Hospital San José manifestándose este miércoles, con el apoyo de Frenprus y Aprus.