Por: Equipo “Cápsula Informativa” ¡El show debe continuar! Eso, es lo que está pasando en el Caso Calderón Argandoña, donde sus integrantes son, de nuevo, los protagonistas de una trama de circo. ¿Qué pasó? Ahora, el abogado Hernán Calderón Salinas, eliminó la calificación de parricidio frustrado de la querella interpuesta en contra de su hijo, Hernán Calderón Jr. ¿Y qué implica eso? Que todo este mal cuento, podría terminar siendo un caso de violencia intrafamiliar. El problema de fondo es que estamos en presencia de la instrumentalización del sistema para solucionar un problema familiar. Y, ¿los tribunales están para eso? Surgen otras preguntas: ¿El abogado, Hernán Calderón Salinas sólo quiso darle una lección a su hijo? ¿Cómo se levantan cargos para presionar las medidas cautelares y conseguir la que más conviene? ¿El abogado, Calderón Salinas está obstruyendo la justicia con esta manipulación? ¿Por qué la polola de Hernán Calderón Jr. No seguirá con la querella por abuso sexual contra Calderón Salinas? ¿Hubo abuso sexual o los dichos de la mujer son mentira? El show familiar Calderón Argandoña Hay que recordar que desde el inicio del escándalo protagonizado por el hijo de la animadora, Raquel Argandoña, todo fue confuso, bien maquinado todo. Tras agredir al padre, Calderón Jr. desaparece y está en condición de prófugo. Luego, aparece en una clínica psiquiátrica en La Reina, una suerte de Spa, mejor dicho. Ahí, vimos la escena de teleserie de Raquel Argandoña, acusando a que su hijo lo trataban peor que a un perro, al mantenerlo engrillado por parte de Gendarmería. Después, pasa a Santiago 1, donde ahora está en el hospital de la cárcel para cumplir con los 14 días de cuarentena, a raíz del Coronavirus. ¿Y qué viene? Que se establezca el lugar donde estará Calderón Jr.: ¿será en la cárcel Santiago 1, en la propia cárcel, ya no en el hospital?, ¿será trasladado a una clínica psiquiátrica particular?, ¿lo internarán en el Hospital Psiquiátrico de Putaendo? Aún queda camino por recorrer en esta trama de teleserie de baja factura, no barata en lo económico, precisamente, sino que a todas luces vulgar y con un aprovechamiento del sistema.