EDITORIAL: Crónica de una muerte anunciada
En el Alto Bío Bío, específicamente en el campo San Miguel de Ralco, un grupo de encapuchados de manera descarada amenazó a un matrimonio de Suiza que vive hace más de 40 años en Chile y los dejó, literalmente, atrapados en su propia casa, dándoles tres semanas para abandonar la vivienda.
Estos encapuchados, estos delincuentes, dicen que, ahora, están actuando de manera pacífica, ¿qué se creen? Ladrones de poca monta que están obligando a un matrimonio a dejar su vivienda, porque a ellos se les ocurre que esos territorios no les pertenecen. Esto es un desborde, ya que el matrimonio compró su terreno, es su propiedad y estos encapuchados los están sometiendo a una violencia espantosa.
Y de parte de las autoridades de Gobierno, ¿qué vemos?: Debilidad. El ahora Subsecretario del Interior, Manuel Monsalve se refirió a la toma de terrenos en el Alto Biobío y las amenazas a esta familia, señalando que “Hemos tomado contacto con la familia dueña del predio y con comuneros. Hay una denuncia en el Ministerio Público”.
Las nuevas autoridades de la administración Boric, insisten en que el camino en la macrozona Sur es el diálogo, pero frente a estos encapuchados, la Ministra del Interior, Izkia Siches y Manuel Monsalve, insistirán en apelar al diálogo, a la conversación con terroristas. ¿Creerán que estos cobardes que ocultan los rostros, tienen ánimo de dialogar?
Imagínese usted que se compra una parcela y construye su casa. Imagínese que la vienen a sacar por la fuerza. Así son los grupos Narcos Terrorista de La Araucanía y nadie hace nada para frenarlos, para detener sus actos de violencia.
¿Qué pasa con el Estado de Derecho en Chile?, ¿o estamos ante un derecho fallido?
Es de tal gravedad lo que estamos evidenciando que uno de inmediato recuerda y hace la analogía con lo ocurrido con el matrimonio de Werner Luchsinger y su esposa Vivianne Mackay, quienes en la madrugada del 4 de enero de 2013, en la Granja Lumahue, en la comuna de Vilcún y mientras dormían, fueron víctima de un ataque incendiario. A la fecha, el único inculpado es el machi, Celestino Córdova. Alguien creerá que este delincuente actuó solo.
Si las autoridades no intervienen y el Ministerio Público sigue sin actuar, nadie podrá descartar que el matrimonio del Alto Bío Bío, sufra la misma mala suerte y triste final de los Luchsinger y Mackay.