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NACIONAL

EDITORIAL Elecciones clave en Perú y el impacto en Chile: ¿Obligados a elegir el “mal menor”?

Hoy, en Perú, se está viviendo una jornada histórica y marcada por una segunda vuelta presidencial con dos candidatos que representan veredas totalmente opuestas: Keiko Fujimori y Pedro Castillo.

Hay que tener en claro que, cualquiera de ellos que gane, está obligado a lograr acuerdos con un fragmentado Congreso, que ha generado una permanente inestabilidad en el último quinquenio, provocando la sucesión de tres Presidentes en cinco días, en noviembre de 2020. De eso, no hay que olvidarse.

El ambiente es de absoluta polarización y se ha levantado la política del terror desde ambos sectores, del miedo a que los malos tiempos puedan repetirse, de que las calles se vean inundadas por gente manifestándose en contra de las políticas de la nueva administración que asuma. Lo cierto es que esos llamados, nunca explícitos y abiertos por lo demás, son parte de las sucias estrategias empleadas en distintos países cuando se está en medio de un proceso eleccionario y, de eso, en Chile, tenemos sobrada experiencia.

Hablemos de los dos candidatos que están en disputa, tratando a toda costa de conseguir el voto de la ciudadanía, votos que, recordemos, son obligatorios, a diferencia de Chile que cambió el voto obligatorio por el voluntario y, ahora, como a varios sectores no les conviene tanta libertad, quieren retornar al voto obligatorio.

Keiko Fujimori es la más fiel representante del movimiento creado por el caudillismo personalista de Alberto Fujimori y ella desciende cargada de un núcleo familiar dividido, a raíz de la cuestionada figura de un padre condenado por la justicia, involucrado en casos de corrupción, pero que, desde la perspectiva económica, representa a la derecha peruana, es decir, al ala más conservadora y económica de Perú que aboga por una fuerte oposición a la izquierda revolucionaria.

A su vez, esta izquierda está personificada en Pedro Castillo, para algunos fiel representante del Castro/Chavismo internacional, que ha prometido cambiar la Constitución de Perú e implantar el modelo socialista en el país del Norte.

Frente a este escenario, la verdad es que los peruanos residentes en su país y los millones que están dispersos por el mundo, incluyendo por supuesto a Chile, no tienen mayores alternativas de elección, entre Fujimori y Castillo. Es como elegir entre lo más malo.

Lo peor, es que Keiko insiste ante sus súbditos, mejor dicho, fieles seguidores que Pedro Castillo si gana, Perú será como Corea del Norte o Venezuela. “Un gobierno de Castillo afectará directamente tu bolsillo”, mientras promete a sus compatriotas, rebajar los impuestos y los subsidios. ¡Y varios le creen!

Y, en la otra vereda, Pedro Castillo, niega ser comunista o chavista, afirmando  que si gana su rival, Perú va a seguir sumido en la corrupción y la desigualdad. “No más pobres en un país rico”. ¡Y también varios le creen!

Los dos candidatos, en base a las últimas encuestas están virtualmente empatados, de manera que el escenario es bastante confuso, con mucha incertidumbre. Quizás lo único que está, meridianamente claro es que la inestabilidad va a persistir en Perú. Y, eso, porque si gana Keiko Fujimori se mantendrá la práctica y costumbre de que los sectores más acomodados, los sectores pudientes se sigan enriqueciendo, en desmedro de los ciudadanos que trabajan y que no forman parte de las élites de poder, todo lo contrario, están muy lejos y con nula posibilidad de acercarse a esa burbuja.

Con Pedro Castillo, nos vamos también al otro extremo, porque aunque no se defina como de izquierda y evitar que lo califiquen con ese apelativo –que a muchos les fascina y a otros les genera ronchas en el cuerpo- y sus detractores lo han querido vincular con el brazo político de Sendero Luminoso, tampoco él da señales de querer alcanzar acuerdos.

Así las cosas, nada de lo que pueda suceder hoy es muy auspicioso, porque se trata de dos candidatos que poco, de verdad, pueden aportar a Perú. Sin embargo, todo lo anterior, es preciso señalar cuáles serán los efectos de la elección de uno u otro candidato en Perú, pensando en Chile.

Por el lado de Fujimori, no se observan mayores efectos perniciosos en Chile, ya que la mayoría de los peruanos seguirá viviendo en su país, con los problemas de corrupción que los afecta, pero que es dable destacar, la justicia peruana sí se hace cargo, a diferencia de Chile, condenando a Fujimori, padre de la actual candidata a 25 años de presidio por casos de corrupción y lesa humanidad. Keiko Fujimori, tampoco se salva de los casos de corrupción actuales y lavado de activos y arriesga 30 años de presidio.

Por su parte, el candidato Castillo, fuera del hecho de prometer implantar en Perú su Castro/Chavismo, aunque lo niegue, sí podría traer efectos perniciosos para Chile. Eso, significaría una migración masiva de peruanos escapando de la izquierda y el terrorismo de Sendero Luminoso, que ya ha vuelto a lo campos, y personas que se refugiarían en nuestro país, varios de ellos infiltrados que agravarían la situación de nuestro Sur.

Pero, todo esto sumando al hecho de que Castillo ha manifestado su extrema xenofobia, ordenando la expulsión de 1,2 millones de venezolanos en Perú, en un plazo de 72 horas si es que asume como Presidente. Eso, sumado a los peruanos que escapan de Perú, implicaría una gran masa de venezolanos que también serían expulsados a Chile, principalmente.

Otro efecto, se vería en la economía, ya que la ascensión de Castillo podría traer aparejada la implantación del modelo comunista en Latinoamérica, que se replicará, rápidamente en Chile, con miras a los gobernadores el 13 de junio y la presidencial el 21 de noviembre.

Así las cosas, en medio de este panorama, juzgue usted. Algunos advierten que resulta menos malo para Chile la elección de Fujimori, porque los problemas se radicarían sólo en Perú. En cambio, con la eventual elección de Castillo, se provocaría un efecto dominó en toda la Región, empezando por Chile.

Habrá que esperar el resultado de la elección y ver qué es lo que pasa y cómo impactará a Chile.