Editorial: La violación de Nankín: El Holocausto chino olvidado
La Masacre de Nankín conocida como la Violación de Nankín, hace mención a las atrocidades cometidas por el Ejército Imperial Japonés en y alrededor de Nankín, China, tras la caída de la capital frente a las tropas japonesas el 13 de diciembre de 1937.
¿De qué se trató?
El ejército japonés, se trasladó hacia el norte tras capturar Shanghái en octubre de 1937, y capturaron Nankín.
Lo que ocurrió después de la entrada del ejército japonés en la ciudad de Nankín es y ha sido la base de la acalorada discusión histórica y tensión política, particularmente entre China y Japón en años recientes.
¡Las atrocidades!
El alcance de las atrocidades es debatido entre China y Japón, que van desde la afirmación del gobierno chino de una cifra de muertos no combatientes superior a 300.000, hasta la afirmación del ejército japonés en el Tribunal Militar Internacional de Extremo Oriente (conocida como el Tribunal de Guerra de Tokio) después de la Segunda Guerra Mundial, de que las cifras de muertos eran todas de militares y que no hubo masacres organizadas o atrocidades cometidas contra los civiles.
El Tribunal de Guerra de Tokio juzgó un caso en que el número total de muertes fue de 250.000.
El trasfondo histórico de Nankín
En agosto de 1937, en medio de la Segunda Guerra Chino-japonesa, y de forma previa al inicio de la Segunda Guerra Mundial, en una suerte de preámbulo, el ejército Imperial Japonés se encontró con una fuerte resistencia y sufrió grandes bajas en la Batalla de Shangai.
El 5 de agosto de 1937, Hirohito ratificó personalmente la propuesta de su ejército de eliminar las restricciones de la ley internacional para el trato de prisioneros chinos. Esta directiva, advirtió además a los Oficiales de Estado de dejar de utilizar el uso del término “prisionero de guerra”.
En el camino de Shanghái a Nankín, los soldados japoneses cometieron un gran número de atrocidades, por lo que la masacre de Nankín no fue un incidente aislado. El evento más famoso fue el “concurso para matar a 100 personas utilizando una espada”.
A mediados de noviembre, los japoneses habían capturado Shanghái con la ayuda de bombardeos aéreos y navales. El Cuartel General de Estado Mayor en Tokio decidió no expandir la Guerra, debido a las graves bajas incurridas y al abatido estado anímico de las tropas.
Acercamiento
Mientras el Ejército Japonés se acercaba a Nankín, los civiles chinos dejaban la ciudad en masa, y la milicia del país llevaba a cabo una campaña de tierra quemada, enfocada a destruir cualquier cosa que pudiera ser de valor para la armada japonesa invasora.
Los objetivos dentro y fuera de las murallas de la ciudad, como barracones militares, residencias privadas, el Ministerio Chino de Comunicación, bosques e incluso pueblos enteros, fueron reducidos a cenizas, a un valor estimado de 20 a 30 millones de (1937) dólares.
Se estima que más de 100.000 mujeres, en edades que fluctúan entre los 6 y 80 años fueron sistemáticamente violadas por el ejército japonés, incluyendo mujeres embarazadas. Muchas de ellas se suicidaron.
Más dolorosas cifras
Otras fuentes, incluyendo La Violación de Nankín de Iris Chang, también cuentan trescientos mil. Además, el 12 de diciembre de 2007, el gobierno estadounidense desclasificó documentos adicionales que arrojaron un saldo de alrededor de quinientos mil en el entorno de Nankín previo a la ocupación.
La condena de la masacre es un elemento importante del nacionalismo chino. En Japón, sin embargo, la opinión pública sobre la gravedad de la masacre sigue siendo ampliamente dividida. Esto lo demuestra el hecho de que, mientras que algunos comentaristas japoneses se refieren a ella como la “Masacre de Nankín” otros utilizan más el término ambivalente “Incidente de Nankín”.
Hasta el día de hoy, Japón nunca se ha disculpado por estas atrocidades, incluso, negándolas sistemáticamente a nivel de Gobierno.