El estallido social que sacude a Chile: ¡Hay luz de esperanza!
Por: The Times Chile/ en alianza con “Cápsula Informativa”
La subida del precio del Metro fue la punta del iceberg, de un descontento de los chilenos por una suma de situaciones que, a todas luces, son desiguales. Los ejemplos, lamentablemente, sobran: el costo en salud, las pensiones miserables para quienes cesan en sus trabajos, una salud pública que no cuenta con los recursos necesarios para una atención digna.
Una seguidilla de circunstancias que hicieron que Chile, despertara, que la ciudadanía salga a las calles y se manifieste, muchos de manera pacífica y, lo peor, es que la protesta digna y necesaria, ha sido, en parte, ocultada por el lumpen, por delincuentes que no han trabajo, seguramente, en sus vidas y, por lo mismo, no valoran nada de que al resto, sí, les importa: el metro, los supermercados, las farmacias. ¿Qué sabrá el lumpen de eso? Probablemente, nada, con suerte pueden hilar una frase de corrido y sin garabatos de por medio.
Estamos en presencia de la peor ola de violencia que vive Chile desde su retorno a la democracia. Eso fue en 1990 y, en seis días, tenemos la cifra de 15 muertos. Todo esto, mientras el Presidente, Sebastián Piñera, declara que Chile estaba en una guerra, pocas horas después, algunos de sus ministros salieron a bajarle el perfil a esas declaraciones que recorrieron la prensa mundial.
Y, luego, el mismo Mandatario, sin saber con certeza si midió y evaluó los costos de sus dichos, pidió perdón, porque ninguna autoridad había escuchado y no se había dado cuenta del clamor de la gente.
Vamos a “explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social que nos permita a todos unidos acercarnos con rapidez, eficacia y también con responsabilidad hacia mejores soluciones a los problemas que aquejan a los chilenos“, dijo, Piñera, el pasado lunes.
Si bien, las protestas comenzaron el viernes por el alza del precio de la tarifa del metro de la capital chilena —medida que el Gobierno debió suspender, producto del estallido social— han ido derivando en un movimiento mucho mayor, que pone sobre la mesa otras demandas sociales.
“Lo que ocurre no es porque haya subido el metro por 30 pesos. Viene ocurriendo desde hace 30 años. Tenemos el tema de las Administradoras de Fondos de Pensiones, de las colas en las clínicas, listas de espera en hospitales, el costo de los remedios, los bajos sueldos“, dijo Orlando, un chileno común, ese chileno de a pie, como usted y como yo, de 55 años montado en una bicicleta durante las protestas del lunes.
La mañana del martes, el Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, confirmó que ha habido 15 muertos y 2.643 detenidos durante el estallido social que se vive en Chile. “En concreto, a hoy hay un total nacional de 15 muertos, 11 de ellos en la región Metropolitana, todos asociados a quemas y saqueos principalmente de centros comerciales”, dijo.
Una noche menos violenta
Hay que señalar que la ola de violencia perdió intensidad durante la madrugada del martes, tercera noche con toque de queda en Santiago y otras ocho regiones chilenas.
En un recorrido realizado se pudo observar una capital bastante más desierta, los vehículos militares patrullando las avenidas y el tránsito de convoyes de carabineros. Un ambiente muy distinto al Chile que se vivía desde la dictadura y que deja en claro que todo ha cambiado y que, de alguna manera, el descontrol no ha sido asumido como corresponde por estas actuales autoridades de Gobierno.
Las Fuerzas Armadas en las calles, no es el escenario que la ciudadanía esperaba, pero os acontecimientos, llevaron a la presencia de sus trajes y metralletas en las calles, generando temor en la población y los recuerdos de años que, muchos, aún no han logrado olvidar. ¡Y el olvido, es lo peor! La conciencia obliga a recordar siempre.
¡Yo mismo te cuido!
Es impresionante observar que grupos de vecinos vestidos con chalecos amarillos, como los que se hicieron famosos durante las protestas contra el Gobierno en Francia, volvieron a organizar rondas de vigilancia armados con palos y palas, para evitar saqueos en sus domicilios y en pequeños comercios.
Los destrozos por las movilizaciones y los saqueos de los últimos días, son abundantes y están por todas partes: muros y monumentos repletos de pintadas y consignas, ventanas de los negocios rotas, fierros retorcidos por el fuego y basura esparcida por las veredas. Hoteles saqueados, nuevos incendios en estaciones de metro, destrozos por doquier y rencillas de delincuentes en poblaciones, ante la mirada de los militares.
En estos días, se han visto gestos que llaman al encuentro: en Plaza Italia, punto neurálgico de las concentraciones de Santiago, donde una manifestante abrazó a un carabinero que estaba llorando. La joven limpió las lágrimas del emocionado funcionario, gesto que fue aplaudido por quienes la rodeaban. ¡Notable gesto!, hay que decirlo y reconocerlo, porque la prensa, también se emociona y desilusiona y quienes tenemos la posibilidad de informarle y escribirle a usted, también las emociones nos embargan.
¡Hasta la Iglesia se pronuncia!
El Papa Francisco, también intervino con palabras en relación a lo que se está viviendo en Chile, señalando que “no es sano huir de los conflictos, o ignorarlos. Hace falta aceptarlos y sufrirlos hasta el fondo, nunca esconderlos, perosiempre con el ideal de resolverlos, de lograr armonizar las diferencias. De dos cosas distintas se puede hacer nacer una síntesis que nos supere y nos mejore a los dos, aunque los dos tengamos que renunciar a algo. Siempre hay que apuntar a algo nuevo donde se superen las tensiones violentas y los intereses cerrados”.
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