DEPORTES

Estallido social y deportistas olímpicos: ¿Cómo lo vivió la Federación Nacional de Karate en medio de un mundial?

Por: Daisy Castillo Triviños

Octubre 2019, será recordado, sin duda, como el mes en que, a lo largo de todo el país, se volcó en las calles con muestras concretas de malestar y cierta desesperanza, el llamado estallido social. Un cúmulo de situaciones que se arrastran por años, llevó a que algo ocurriera, que miles de chilenos alzaran la voz, no porque el tema puntual que reventara la ola fuera el alza de los $30 del metro, sino, porque el descontento se venía guardando por años, bajo los diferentes gobiernos que ha tenido el país. Es cierto, su punto máximo se dio en el Gobierno de Sebastián Piñera, en esta segunda administración, pero los temas de fondo se venían incubando por largo tiempo.

Varios sectores han tenido la posibilidad de dar a conocer cómo les ha afectado este estallido social, pero ¿alguien ha reparado en cómo este capítulo que ha marcado y sigue marcando la historia de Chile, con miras a 2020, repercutió en los deportistas olímpicos, en los grupos humanos que están a cargo de las federaciones deportivas que son parte del Comité Olímpico de Chile (Coch)?

María Angélica Coronil, presidenta de la Federación Nacional de Karate de Chile, en conversación con “Cápsula Informativa”, detalla cómo han enfrentado el proceso, partiendo por recordar que cuando explotó la demanda ciudadana en las calles, se realizaba el Campeonato Mundial de Karate en Chile –con más de 1.500 deportistas entre 14 y 21 años- que partió el 23 de octubre, aunque algunas delegaciones llegaron a Santiago a contar del 15 del mismo mes.

Coronil sostiene que “cuando el 18 de octubre explosiona el tema, con la quema de estaciones del metro, todos pensamos, en un momento que, al día siguiente, esto pasaba, porque era una experiencia nueva para todos, como país también, que se mantuviera y menos imaginar que, incluso, se fuera acrecentando en los días posteriores. Cuando se declaró el Estado de Emergencia, yo estaba todavía en Iquique, viajaba al día siguiente a Santiago y la primera medida fue informarnos sobre lo que teníamos que hacer para pedir la autorización, mientras duraba el Estado de Emergencia, en el supuesto caso que se mantuviera, porque igual manteníamos la idea de que todo iba a pasar”.

Agrega que “pensamos que del viernes al lunes, el tema estaría resuelto y que para el inicio del mundial, íbamos a tener la situación controlada”.

-Pero, partió el 18 de octubre y no terminó, comenzaron los saqueos y ver que cada vez aumentaba el número de ciudadanos marchando, en forma paralela y en paz, por las calles del país.

Nos coordinamos con la gente que estaba en Santiago para que, de inmediato, se redactara un oficio para solicitar el permiso para la realización del Mundial. El curso de arbitraje había partido el jueves y, tras el estallido social, seguimos viernes, sábado y domingo con todas las actividades previas, como los cursos técnicos, los seminarios, pero necesitábamos la autorización para poder desarrollar el mundial, ahora, bajo situaciones particulares. Tuvimos que adelantar los horarios para que toda la gente pudiera salir del hotel antes que se decretara el toque de queda.

-La mayoría de los deportistas estaba alojado en el Hotel Crown Plaza, ubicado justo cerca de Plaza Italia, que es la llamada zona cero del estallido social y en la que se generan los mayores niveles de concentración de manifestantes…

Nosotros elegimos este hotel, antes de que ocurriera el estallido social, porque, ofrecía garantías de conectividad y de desplazamiento para llegar al poli-deportivo, en tiempos breves. Por supuesto que, en condiciones normales era una buena alternativa para desarrollar el campeonato en forma adecuada, incluso, para que la gente pudiera acceder al Crown Plaza utilizando el metro u otro tipo de transporte.

-¿Quiénes estaban hospedándose en el Hotel Crown Plaza?

Estábamos en ese hotel toda la organización, la Federación Mundial y algunas delegaciones extranjeras.  Si bien, no estaban la mayor parte de los países, sí había varias naciones con sus delegaciones completas alojando en el Crown Plaza y algunos presidentes de federaciones que participan en reuniones periódicas, hacen lobby y aprovechan la instancia de estar en cercanía con el Comité Ejecutivo, con el presidente de la Federación Mundial de Karate. El resto de las delegaciones estaban repartidos en distintos hoteles, 18 hoteles en total, ubicados en el centro de Santiago, en Providencia y en la zona oriente de Santiago.

-¿Se vieron obligados a tener que cambiar a algunas delegaciones del hotel en que se encontraban, a raíz de lo que estaba ocurriendo en las calles?

Sí, en algún momento tuvimos que cambiar, al principio, a algunas delegaciones que estaban en Santiago centro y, luego, se hizo el cambio paulatino de las delegaciones que estaban en el Hotel Crown Plaza, cuando vimos que este asunto seguía, para no tener menores de edad dentro del hotel y el mismo Crown Plaza coordinó el traslado al Hotel Intercontinental en Vitacura.

-Participaron en el Mundial de Karate un total de 96 países, salvo Suecia que decidió no venir a Chile, mientras que las delegaciones de Irán y de Japón optaron por devolverse por resguardo a los deportistas entre 14 y 21 años…

El campeonato se desarrolló con total normalidad dentro del recinto deportivo, independientemente, del conflicto social que había, en especial, en la zona cero de Santiago. Nos preocupamos de manejar el tema del público, se redujo la asistencia de compañeros que competían por día, más que todo, como un tema preventivo y coordinándonos con las autoridades para saber si iba a pasar algo en el entorno del recinto deportivo, en el sector de Ñuñoa, o en alguna ruta que tomáramos de retorno.

-¿Tuvieron que modificar el programa y cronograma que ustedes tenían definido antes del estallido social?

Sólo se reprogramó al inicio del campeonato, porque lo normal es que el mundial tenga pre clasificaciones los días previos y el sábado y domingo tenga sólo medalla por bronce y finales. En este caso, lo que se hizo fue modificar el programa para que cada día, las categorías completas compitieran, se cerraban, hacían finales y se premiaban, para que, en los días posteriores, no tuvieran la necesidad de volver al recinto deportivo y evitar un traslado que implicaba un eventual riesgo, como el que llegara un piedrazo a un bus, por ejemplo, por lo mismo, minimizamos la mayor cantidad de traslados y preferimos que los competidores que no tenían que estar en el recinto deportivo se quedaran en sus hoteles a resguardo de los adultos con los que viajaron en sus respectivas delegaciones. 

¡Efecto anímico del estallido!

-En el caso de los competidores chilenos, ¿cuántos participaron en el mundial?

35 jóvenes de distintas regiones del país. La mayor parte llegó mucho antes, porque estaban concentrados, casi dos meses antes en Santiago y cuando se inició el estallido  social, estaban en la Región Metropolitana.

-¿Los hechos que se estaban registrando, en el marco del estallido social, pudo afectar, desde el punto anímico o de preocupación, a los deportistas?

Hay que hacer una distinción en el grupo de competidores, porque hay algunos y que, no son pocos, que vienen de países con bastantes conflictos y lo que nosotros estábamos viviendo, para ellos, era algo habitual. Para algunos técnicos, por ejemplo, de Colombia, de Asia e, incluso, de Europa, no era una tragedia lo que estaba pasando, porque en sus vidas han estado en situaciones parecidas o peores a las que nosotros estábamos enfrentando en ese momento.

-¿Y para ustedes?

Puede haber sido mucho más chocante, porque la verdad muchos de nosotros no habíamos experimentado situaciones como las que se han dado en el estallido social. Creo que, en algún grupo de otros países, donde la situación es diferente, todo esto fue  una novedad y se vieron impactados. En algún caso, pudo haber afectado anímicamente y para los nuestros fue un aliciente para seguir compitiendo y sacaron muchas fuerza para salir adelante en este campeonato.