¡Lo que no se sabe de Jorge Ortíz Silva!: El rol humano en Gendarmería del Observador del INDH que recibió perdigones
Por: Manuel Catalán, presidente Provincial ANFUP Santiago. Ingeniero de Ejecución en Prevención de Riesgos, Diplomado en Sistemas de Gestión Integrado, Calidad y Medio Ambiente, Seguridad y Salud Ocupacional de la Universidad Católica de Santiago.
“Hablo en primera persona, en mi calidad de dirigente sindical, porque conocí, personalmente, a Jorge Ortíz Silva, quien la semana pasada, fue uno de los blancos de Carabineros, al recibir siete perdigones, mientras en grupo ejercía la labor de Observador del Instituto Nacional de Derechos Humanos, en el marco de las movilizaciones que se registran en el país, hace ya dos semanas.
Corría el 25 de junio de 2015, cuando se realizó en la Región de Antofagasta, un memorándum interno dirigido al Director Regional de la época (coronel, Pedro Villarroel Camilo), donde se le informó sobre la inspección realizada en terreno al Centro de Cumplimiento Penitenciario de Antofagasta, dependencia utilizada, en ese entonces, por el personal de Gendarmería de Chile, como pabellón para pernoctar por parte de quienes cumplían funciones en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Concesionado de Antofagasta. Todo esto, realizado por el área administrativa y la dirigencia ANFUP, presidida por mí, en ese período, como presidente Provincial Antofagasta.
¿Qué pasó? Muy claro: se evidenció a la autoridad, la situación crítica y preocupante de las dependencias y los extenuantes sistemas de turno que tenía el personal de Gendarmería, que provocaban altas tasas de licencias médicas en la Región. Esto, sumado a las deplorables condiciones de vida de los funcionarios y, considerando esa situación, entonces, se pidió a la autoridad disponer medidas para superar, a la brevedad, la situación, sugiriendo, por ejemplo: realizar un CENSO y registro de funcionarios que pernoctaban en el CCP tradicional de Antofagasta, dictar un Reglamento de convivencia y disciplina al interior de las cuadras (celdas), que contemplara horarios, comportamientos, distribución equitativa del espacio y mantención.
Asimismo, evaluar la posibilidad de que la Dirección Nacional de Gendarmería de Chile, autorizara un aporte mediante descuento por planilla para la mantención y ornato de las dependencias del personal que pernoctaba en el CCP tradicional de Antofagasta. A esto, se agregó, la idea de que se realizara una reunión de coordinación e inspección permanente de los espacios fiscales y la elaboración de un acta de compromiso inicial de trabajo por parte del personal.
Se solicitó que se remitiera el acta de inspección e informes a la Dirección Nacional, con el fin de que la autoridad se pronunciara en cuanto a sus peticiones, dándole la tramitación de conformidad a la Ley Nº 19.880, sobre procedimientos administrativos.
Luego, de levantar toda esa evidencia objetiva por medio del memorándum interno el que fue canalizado por la autoridad regional al alto mando institucional, se constituyó en la Región de Antofagasta, el 10 y 11 de agosto de 2015, el otrora Subdirector Operativo Nacional Coronel ®, Freddy Larenas Durán y él, entonces, Subdirector de Administración y Finanzas, Jorge Ortiz Silva, actual Jefe de Unidad de Administración y Finanzas del Instituto Nacional de Derechos Humanos Región Metropolitana, quien logró en terreno, en esa oportunidad, constatar las condiciones deplorables en las que vivían los funcionarios de Gendarmería de Antofagasta, específicamente, condiciones de habitabilidad paupérrimas en el CCP tradicional de dicha ciudad.
Estas autoridades determinaron, después de su visita, la inyección de $10.000.000 para mejorar y arreglar las dependencias (celdas) del CCP tradicional de Antofagasta, siendo todo gestionado por la Subdirección de Administración y Finanzas, a cargo de Jorge Ortíz. Tras estos hechos, el Ministerio de Justicia con la Dirección de Presupuestos determinaron financiar el costo de hospedaje en dos hoteles de la ciudad de Antofagasta, con el propósito de dignificar la labor del trabajor penitenciario en esta Región, dado que los sueldos se manejan en función de la minería y, teniendo en cuenta, que los trabajadores de Gendarmería tienen sueldos bajos, había que proporcionales un ayuda de parte del Estado.
Recuerdo que, en esos días de visita, a la región por parte de dichas autoridades de Gendarmería de Chile del nivel central, sostuve una reunión con Jorge Ortiz y el equipo multidisciplinario que lo acompañaban en aquella ocasión. Todo esto, en dependencias de la Dirección Regional de Antofagasta, donde Ortíz se mostró preocupado por lo expuesto en su visita.
Ortíz demostró lo que muchas autoridades al interior de Gendarmería no hacen, simplemente ostentan de sus cargos, de sus buenas remuneraciones, pero olvidan que hay trabajadores que dedican su vida a la institución. Ortíz, quiso otorgarles, al menos un poco de dignidad y humanidad, esas dos mismas situaciones por las que, hace dos semanas, los chilenos han despertado, abrieron los ojos y se han movilizado por todo el país, junto a sus familias, pancartas y cantos que aclaman por un Chile mejor, un Chile para todos, no sólo para las elites, no sólo para el reducido círculo de quienes están en la política gozando de los recursos que nos pertenecen a todos los chilenos.
¡Día de los perdigones!
El martes 29 de octubre, el observador del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Jorge Ortiz Silva, de profesión Ingeniero Comercial de la Universidad de Santiago, estaba cumpliendo funciones inherentes a su cargo en la manifestación acontecida en la Alameda Libertador Bernardo O´Higgins, a la altura del Centro GAM.
Ortíz Silva y otros funcionarios del INDH observaban los hechos que ocurrían en la zona, cuando apareció Carabineros disparando, obligando al equipo de INDH a moverse hacia el costado del edificio de la Mutual de Seguridad. Fue, en ese instante, cuando un efectivo de la policía uniformada, disparó apuntando a un grupo de personas, entre ellos, a Jorge Ortíz, quien fue alcanzado en su cuerpo por siete perdigones, siendo trasladado de urgencia a la Posta Central.
A pesar de vestir un uniforme amarillo que los identifica como Observadores del Instituto Nacional de Derechos Humanos, eso no impidió que la fuerza policial arremetiera contra él. No se trataba de un encapuchado, a los que, por cierto, no se detiene, como pareciera ser la política que opera: detener a cualquiera, pero no a los encapuchados.
Como dije en un comienzo de esta columna, conocí a Jorge Ortíz y dentro del trabajo que realizó en Gendarmería, ayudó a dignificar la vida de los funcionarios. Lamentable que haya sido atacado, porque como él, hay muchos chilenos que han sufrido la misma e inoportuna mala suerte”.