Trabajadores de la salud (Fedeprus R.M.): Preocupados por apresurada apertura y la falta de descanso de los funcionarios
Por: Equipo “Cápsula Informativa”
No se puede negar que Chile desarrolló, en un comienzo, un buen proceso de vacunación, de manera organizada y ordenada. Al poco andar, aparecieron los problemas y nos encontramos hace unos días con vacunatorios que cerraron, porque no tenían dosis y ante ese episodio, los alcaldes alzaron la voz.
Y mientras eso ocurría, en la vereda del frente, el Ministro de Salud, Enrique Paris instalado en el aeropuerto con su séquito de asesores, recibiendo nuevas toneladas de vacunas. ¿Qué está pasando?, ¿cómo se entiende?
“Cápsula Informativa” conversó con Sandra Olivares, presidenta de la Federación de Profesionales Universitarios de la Salud (Fedeprus RM), quien sostiene que “en cuanto al Plan de Vacunación era predecible que para las vacaciones de invierno de los escolares se produjera un alza de la demanda y, eso, no fue previsto por el Gobierno y siguió enviando la misma cantidad de vacunas. Los alcaldes se quejaron, diciendo que no pueden planificar bien la semana, ni siquiera el día, muchas veces, porque el stock de vacunas o la información de cuántas van a tener, les llega prácticamente encima. Eso, ha sido un problema, porque hay vacunatorios que se quedaron sin dosis para los adolescentes, lo que fue más complejo”.
Olivares señala que “tuvimos problemas en varios centros a atención primaria, los compañeros de la Confusam, incluso, estuvieron haciendo protestas y emplazando a la autoridad para que se pronunciara y transparentara el tema de las dosis. Hay personas que les correspondía su segunda dosis, que tampoco la han conseguido y van pasando los días y, eso, es problemático. Se han juntado varias situaciones que dan cuenta que no se previó bien y en la distribución de las vacunas que llegaron la semana, también hubo poca transparencia, lo que hace que la confianza de la ciudadanía se vea mermada, porque llegan las vacunas y no se están distribuyendo en los centros”.
¿Lo que hay es un tema que pasa por la gestión, por mala coordinación?
-Es difícil que nosotros podamos saber qué es lo que está pasando ahí, porque en un principio cuando llegaron las primeras vacunas se informaba claramente cuántas dosis iba a tener cada región. Luego, ha sido más compleja la información, la cantidad de vacunas también ha sido mucho mayor, cerca de 18 millones de dosis y, por lo tanto, la distribución ahora es un poco más difícil de llevar en el detalle.
Se han ido incorporando al proceso mucha más gente, la demanda en vacaciones fue distinta, los menores también están buscando vacunarse y, por ahí, se produjo el desabastecimiento.
El tema del manejo de las vacunas y de la poca transparencia se ha ido notando con este punto negro que se produjo en Las Condes con varias personas vacunadas con la tercera dosis, fuera de protocolo y con privilegios que no se han transparentado ni aclarado realmente. En un momento, se dijo que eran personas con patologías de inmuno-depresión, pero nosotros tenemos pacientes con inmuno-depresiones y con problemas de defensa en todos los hospitales públicos también y no hemos tenido pacientes con terceras dosis.
Tal vez, ese tema, es más masivo de lo que se sabe públicamente, quizás más personas se han vacunado con la tercera dosis y tampoco se ha transparentado. La autoridad de salud en este país, se ha caracterizado por no tener las informaciones claras y disponibles para la sociedad científica, menos aún para la población.
La Subsecretaria de Salud, Paula Daza, atribuyó la vacunación con tercera dosis a un error humano…
-Decir que es un error humano es relativizar un problema grave y la gente se molesta, porque siente que algunos siguen teniendo privilegios y en los hospitales, hay quienes ni siquiera han tenido acceso a sus vacunas.
El escenario actual: la locura por abrir todo
¿Cuál es la situación y la realidad que ustedes evidencian por estos días en los hospitales públicos frente a los casos de Covid-19?
-Podemos hacer una relación directa de lo que ha sido la baja de los niveles de contagio con la situación sanitaria y, en particular, el uso de las camas críticas. Efectivamente, hemos visto una disminución de la ocupación de camas críticas y también una disminución en la demanda de las urgencias. Y, por lo tanto, los hospitales públicos y las clínicas privadas están en una situación de desescalada, eso es un buen indicador de que hay un menor nivel de contagio, un menor nivel de demanda de gravedad flotante.
Sí, en todo caso, vemos con preocupación que los hospitales no descansan, apenas disminuye la atención de Covid-19 empieza a aumentar, inmediatamente, la atención de otras patologías. Por ejemplo, llegamos a tener 4.500 camas críticas en mayo de 2021, ahora tenemos 3.800 a nivel nacional y, en la actualidad, tenemos un 50% de pacientes Covid-19 en esas camas y el otro porcentaje con pacientes no Covid-19.
El personal, en general, termina de atender pacientes Covid-19 e inmediatamente empieza con la atención de otras patologías, con la reactivación de los pabellones para resolver la gran lista de espera del área quirúrgica como de especialidades que lleva más de un año en que no se ha podido trabajar en eso y es la segunda pandemia que vamos a empezar a vivir y, eso, es de gran preocupación para el personal de salud, porque no hay espacios para descansar.
¿Y qué es lo que ustedes requieren en lo inmediato?
-El llamado es que esta pequeña ventana que estamos teniendo con el Covid-19 se aproveche también para entregarle descanso al personal para que pueda retomar energía y volver a la atención de las otras patologías como los casos del Covid-19 y que no sabemos qué puede pasar en unos meses más.
Con preocupación, vamos meses después de lo que va pasando en Europa, donde la variante Delta está siendo predominante y bien podríamos vivir eso, en unos meses más. Vemos con preocupación las medidas tan apresuradas que está tomando el Ministerio de Salud, respecto de la apertura como si se hubiera acabado la pandemia, apertura interna como de fronteras.
Tenemos el 96% de la población desde la Fase 3 en adelante, estamos muy aperturados, con una baja de contagios y se pudo esperar que se sostuviera más en el tiempo, que fuera una señal más potente y concreta y no esta apertura apresurada que se ha fijado desde el Gobierno y esperamos que el efecto de la vacuna sea efectivo y no tengamos los rebrotes fuertes que están evidenciando los otros países.
Insisto en que la autoridad se ha apresurado en la toma de decisiones, en la apertura de centros comerciales, del turismo, de las fronteras y, prácticamente, de todo, y hay un riesgo de rebrote. Requerimos señales desde el gobierno, especial atención merece el proyecto de ley de fuero laboral y descanso compensatorio que hoy esté en el Senado y que el sector público y sus funcionarios necesitan con urgencia. No sólo el merecido descanso, sino también evitar despidos que ya sufrimos el año pasado y que aún tenemos profesionales con acciones judiciales que no terminan.