Trastorno Afectivo Estacional: El lado oscuro de la primavera
Se presenta en ciertos meses del año por el cambio de estación, siendo las mujeres las más afectadas. En primavera es menos común y presenta algunos síntomas como, por ejemplo, disminución significativa del ánimo, falta de motivación, alteraciones de sueño, entre otros.
El Trastorno Afectivo Estacional o Depresión Estacional se caracteriza por la aparición de síntomas en ciertos periodos del año, típicamente en otoño, invierno y, menos habitual, a comienzos de la primavera y festividades.
“La mayoría son depresiones invernales, pero también hay trastornos estacionales primaverales y que se caracterizan con depresiones más irritables, más baja de peso, inapetencia, ansiedad e inquietud”, asegura la Dra. Eugenia Escorza, psiquiatra de Red Dávila.
Claudia Badilla Piñeiro, psicóloga de Clínica Ciudad del Mar, explica que esta enfermedad es de origen multifactorial, en la que participan factores ambientales (condiciones climáticas), genéticos y conductuales, capaces de afectar la química del cerebro, provocando alteraciones neuroendocrinas y en ciclos circadianos.
“Ocurre comúnmente en adultos jóvenes y tiene mayor prevalencia en mujeres. El diagnóstico se realiza si la persona ha presentado al menos dos años consecutivos episodios depresivos durante el cambio de temporada. Asimismo, se espera que sean limitados, es decir, que solo ocurra con el cambio de estación”, afirma.
La Dra. Escorza indica que los síntomas de este trastorno, tanto de primavera como del verano, son usualmente:
- Problemas para dormir, especialmente insomnio
- Cambios en el apetito
- Pérdida de peso
- Ansiedad
- Mayor irritabilidad
Depresión estacional en niños y niñas
Jennifer Conejero, psicóloga infantojuvenil de Clínica Santa María, dice que en los más pequeños también puede ocurrir. “Pueden estar más tristes, irritables, pierden el interés en las cosas que les gusta hacer. También es habitual que presenten cambios en el peso y en el ciclo del sueño”, advierte.
¿Qué hacer ante un TAE?
“El tratamiento debe ser realizado por un psiquiatra quien, de acuerdo con las características clínicas, acordará con el paciente el uso de farmacoterapia antidepresiva. El abordaje psicológico se orienta a favorecer la comprensión y aceptación de su condición, la adherencia adecuada a su tratamiento, el desarrollo de estrategias de afrontamiento y la formación de hábitos saludables en alimentación, ejercicios y sueño, de manera de mejorar su adaptación y calidad de vida”, sugiere Badilla.
Alimentación aliada contra la depresión
Con respecto a la alimentación, Paulina Mella, nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, comenta: “Sin duda hay alimentos que son como un colchón emocional por las vitaminas que aportan. Por ejemplo, está estudiado que tres frutas distintas al día aportan una cantidad de nutrientes necesarios para prevenir depresiones postparto y otro tipo de trastornos de ánimo, como los estacionales. Otro grupo que es beneficio para la salud son las semillas, las de girasol en particular, ya que contienen un aminoácido que se llama triptófano, que se encarga de ayudar a producir serotonina, un neurotransmisor que influye de manera directa en el estado de ánimo de las personas”.