Abogado, Martín Vila y anuncios del Gobierno (Fondo Solidario del Estado y canastas de alimentos): “Hay mucha improvisación, basada en ese anhelo de aparecer como los salvadores”
Por: Daisy Castillo Triviños
El domingo 17 de mayo, el Presidente, Sebastián Piñera, realizó una cadena nacional en la que anunció un Fondo de Garantía del Estado. Sin embargo, una vez más, estamos en presencia de un anuncio del que no se entrega, hasta ahora, ni un detalle de cómo operará, cómo funcionará, qué instituciones se harán cargo y a contar de cuándo los pequeños empresarios podrían ver la posibilidad de solicitar un crédito que les permita no verse obligados a cerrar sus puestos de trabajo, debido a los efectos que está causando la pandemia del Coronavirus en el país, con las consecuencias que está implicando desde el punto de vista económico y social.
Esta medida, surge, luego que el tan anunciado Fogape, no ha dado los resultados positivos que se esperaban a la hora de entregar una ayuda, brindarles una suerte de salvavidas a los pequeños empresarios, muchos de los cuales no sólo han debido enfrentar la lentitud del proceso, sino que no han calificado para acceder a la garantía que otorgan los bancos y han sido rechazadas sus solicitudes.
A este escenario, que se mantiene en una nebulosa, sin nada realmente claro sobre el mencionado, recientemente, Fondo Solidario del Estado, se suma otro anuncio del Ejecutivo como es la entrega de 2,5 millones canastas de alimentos para las familias pobres del país y sin que se dijera, al momento del mediático anuncio, cuándo se entregarían esas “cajitas felices”. Fuimos testigos el pasado lunes de las filas de personas que llegaron a las municipalidades a buscar su caja de alimentos. ¿Qué cajas? Si no hay nada concreto, salvo que, supuestamente, se indicó después que, a fines de mayo, se repartiría ese beneficio, pero siempre todo rodeado de un manto de duda.
El abogado, Martín Vila, en entrevista con “Cápsula Informativa” profundiza en estos dos temas: el Fondo Solidario del Estado y las anunciadas canastas de mercadería. Sobre este último punto, afirma: “lo más dramático es que las cajas de alimentos no están. Si tú eres Gobierno, ¿vas a anunciar una medida así como así? Tienes que tener todo preparado, porque las cosas no se hacen de inmediato. Imagínate la cantidad de funcionarios que se requieren para repartir las canastas, ¿o el mismo Presidente, va a envolver cada caja de mercadería? Se requiere tiempo y si lo anunció, es obvio que la gente que está desesperada iba a ir a buscarla a la municipalidad que es la instancia más cercana”.
¡Un escenario que puede ser pavoroso!
¿Hubo, a su juicio, improvisación de parte del Gobierno y la necesidad mediática de no seguir siendo cuestionado y dar señales de que se está haciendo algo frente a la pandemia del Coronavirus y la crisis social?
-Yo creo que ambas. Hay mucha improvisación, basada en ese anhelo de aparecer como los salvadores. No sé si serán salvadores de algo o no, pero lo que está claro, es que el Gobierno tiene mucha responsabilidad en lo que estamos viviendo en estos últimos días. Los mensajes erráticos ante la población, por supuesto, que distorsionan lo que hay que hacer. Aquí, lo que hay es ineficiencia, aquéllo que el Gobierno trata de demostrar y cree que es más eficiente que el resto y ha demostrado una ineficiencia que deja en claro que no conocen Chile.
¿Están en una realidad paralela, distinta a la del resto de la ciudadanía?
-Claro, creen que Chile funciona como ellos se lo imaginaban en su cabeza y que las cosas van a salir, exactamente, como salen en su casa y las cosas no son así en todas partes. No conocen nada de Chile, ésa es la realidad.
¿Cuál es su visión respecto de las manifestaciones de pobladores en algunas comunas, como El Bosque y La Pintana, por ejemplo, demandando alimentos y trabajo?
-Estamos viendo gente sin trabajo, cabros jóvenes que están en una dinámica totalmente distinta, están indignados por lo que está pasando. Ellos ven que las mamás, la familia va a buscar la canasta de alimentos y no hay, conversaron el tema en familia y después se enteran que no hay. La reacción es muy emocional, pero es una reacción bastante lógica desde el punto de vista de toda la rabia que genera toda esta situación, sumado a que vengan a jugar con tus expectativas.
Esto, era la chispa que faltaba y es un anuncio de que si repiten estas situaciones y se toman decisiones de esta magnitud y torpeza se puede incendiar Santiago. Imagínate que si llegamos a un mes en estas circunstancias y la gente está con hambre, con frío, sin “pega”, sin dinero, el escenario puede ser pavoroso.
¿Anuncios de ayuda económica a medias?
Si se está hablando ahora del Fondo de Garantía del Estado, ¿el Fogape (Fondo de Garantía para Pequeños Empresarios), fue, entonces, un fracaso?
-Aquí estamos pensando todo mal, porque si piensas que vía Fogape vas a poder ayudar a empresas que están con dificultades y resulta que el Fogape pasa por los bancos que evalúan el riesgo crediticio, no se lo dan a nadie. ¿Quién evalúa? El Banco y lo hace con una responsabilidad propia de un privado, respecto de recuperar esos dineros. Entonces, hay que ingresar más actores a la economía, por supuesto, porque los bancos tienen fines de lucro, tienen fines que no se condicen, necesariamente, con las soluciones que se necesitan para las Pymes.
¿Qué instituciones, por ejemplo, podrían entrar a competir?
-Por ejemplo, que el Banco Estado deje de competir en los mismos términos que la banca privada y pase a ser un instrumento estatal, que le dé crédito a las Pymes, obviamente, con un mínimo estudio previo de por medio. Se tiene que ayudar a las Pymes, sean viables o no, porque tú no sabes la viabilidad real de esa Pyme en un contexto de normalidad, o sea, con los antecedentes que te presenta, es muy difícil evaluar el largo plazo y lo que sí es evaluable es que si esa Pyme deja de existir, esos empleos que están detrás de ella van a dejar de existir y no se van a reponer. Entonces, tú necesitas un instrumento de política fiscal, de política monetaria para que llegue ese dinero, puedan seguir existiendo los empleos y no miren si tienes contabilidad completa o no, porque ninguna Pyme tiene contabilidad completa.
¿Qué rol debiera, entonces, cumplir este Fondo de Garantía?
-Es fantástico, en la medida que sea administrado por instituciones que estén dispuestas a tomar riesgos y poder recuperar, después, la plata. Se necesita una institución que se la juegue.
¿Sólo el Banco Estado?
-El Banco Estado sí o sí debiera jugar este rol fundamental, desde el punto de vista político el actor principal debiera ser el Banco Estado. También pueden ser las Cajas de Compensación y otros actores. Este crédito no es negocio para el Estado, ni para los bancos, es una forma de evitar que se destruyan empleos en la economía, empleos que dependen de las Pymes, ése es el único objetivo. No resulta admisible que, en este contexto, una política pública tan indispensable como ésta, se vea retardada, porque se agrega un objetivo contradictorio como que, a la vez, resulte en un negocio para la banca.
Imagínate que si el Banco Estado comienza a dar crédito a todas las Pymes, en política de puertas abiertas, ahí sí, los bancos comerciales van a tratar de competir por esos clientes, porque van a empezar a perder clientes. Ahí, tienes un incentivo que, económicamente, es bastante más atractivo y obliga a competir a un privado o a decir que está dispuesto a perder clientela, porque no se va a arriesgar, eso ya es problema del banco privado.
Esto, es muy similar al tema de las canastas de alimentos, nos dicen ¡Oiga, vamos a conversar con otras instituciones!, ¿cuáles? No hay nada, no hay un proyecto, está la pura idea, lanzan la idea como si fuera un hecho. Hoy día, las Pymes se tienen que sentar dos o tres semanas, hasta quebrar entre medio, a que definan, mediante qué instituciones van a poder otorgarse los créditos. Ésa es la pregunta de fondo, cuya respuesta está pendiente.
Insisto, el problema parte de la necesidad del Gobierno de salir a lucirse, en vez de decir, ¡vamos todos a remar para el mismo lado! Y, para eso, tiene que hacer concesiones a un montón de intereses y compartir no sólo las derrotas, sino también los triunfos.