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SALUD

¡Cuidado con el calor! Podría dañar tus medicamentos

El correcto almacenamiento de los fármacos es crucial para lograr la efectividad de un tratamiento y evitar situaciones de peligro para nuestra salud. En el verano, debido a las condiciones climáticas, estos cuidados deben extremarse.

Algunos de los lugares más comunes para guardar los medicamentos en el hogar son el baño, el velador o el clóset, mientras que -durante las vacaciones- el “botiquín” suele quedar en carteras, bolsos de playa o incluso la guantera del auto. El problema es que todos estos lugares tienen el mismo denominador común: no cumplen con las condiciones mínimas para garantizar las propiedades terapéuticas de sus respectivos compuestos químicos para que entreguen los resultados terapéuticos esperados.

“Si un medicamento no se almacena en condiciones óptimas, existe un riesgo significativo de que no cumpla con los efectos esperados, lo cual es especialmente crítico en el caso de pacientes crónicos”, afirma Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada. Esta preocupación es relevante durante todo el año y cobra aún mayor importancia en verano, ya que el calor, la luz y la humedad son factores que pueden afectar la estabilidad de un medicamento, alterando sus propiedades químicas, físicas, toxicológicas y microbiológicas y, por ende, su efectividad. “Pacientes crónicos con patologías como diabetes, epilepsia, problemas en la tiroides o cardíacos, además de lactantes, niños o adultos mayores, deben tener precaución con esto”, agrega la profesional.

Además, es enfática al indicar que esto puede ser peligroso para pacientes con polifarmacia, que suelen consumir varios medicamentos a la vez.  “Al alterarse su condición, también pueden generarse grados de toxicidad y, si varios medicamentos experimentan cambios debido al almacenamiento inadecuado, esto podría resultar en una intoxicación para el paciente”.

Algunos consejos

Uno de los primeros consejos que entrega la químico farmacéutico es que los medicamentos deben almacenarse siempre en ambientes frescos, secos y alejados de la exposición directa del sol, “ojalá mantenerse entre los 15° y 25°C, por lo que ni el baño, ni la cocina y menos la guantera del auto son buenos lugares para dejarlos, ya que sufren por los cambios de temperatura y humedad”.

La profesional también hace hincapié en la mantención de los envases originales, y ojalá no utilizar pastilleros, no sólo para tener la claridad de la fecha de vencimiento, sino porque “los comprimidos o cápsulas deben permanecer en sus empaques originales ya que son éstos los que ofrecen la máxima protección para los medicamentos, asegurando el tiempo de vida útil declarado en el envase. La opción de pastilleros se debe usar solo por un número limitado de días y en casos muy excepcionales”, destaca.

Sobre todo, en los casos de personas con polimedicación, Molina añade que “es importante tener la claridad de la cantidad y el horario de la ingesta de cada medicamento. Esto ayudará a no cometer errores u olvidos en éstas, por lo que es recomendable mantener una lista de los medicamentos, junto al horario y la frecuencia de administración”. Y, por supuesto, mantenerlos alejados del alcance de los niños, ya que la ingesta accidental podría ser fatal en muchos casos.

Algunos de los medicamentos que se ven más afectados en esta época son la levotiroxina, utilizada para el tratamiento del hipotiroidismo y otras afecciones a la glándula tiroidea, así también como los anticonceptivos orales y preservativos. Otros medicamentos que también son más sensibles a las altas temperaturas son los utilizados en tratamientos para la artritis, trasplantes, algunos anticoagulantes, cremas, óvulos y hasta supositorios. En estos casos, Molina aconseja que “si al abrirlos la consistencia o el color han cambiado, no deben ser utilizados”.

Por último, la profesional explica que -desafortunadamente- en Chile no se cuenta con un amplio conocimiento sobre cómo deben almacenarse o mantenerse los medicamentos. “Los pacientes no suelen leer los folletos ni las etiquetas que vienen en ellos, ni consultan a su médico o al químico farmacéutico. Por esta razón, es fundamental que estos últimos desempeñen un papel educativo, proporcionando información al entregar los productos. De esta manera, las condiciones de almacenamiento y ambientales no afectarán el éxito de un tratamiento farmacológico, ni pondrán en peligro el bienestar de un paciente”, puntualizó.