Mauricio Daza, abogado y constituyente: los problemas de credibilidad son consecuencia de lo sembrado por los partidos y sus principales dirigentes
Por: Daisy Castillo Triviños
Mauricio Daza, reconocido abogado querellante en las causas PENTA y SQM, es constituyente por la Región de Magallanes.
Su mirada crítica sobre lo que está sucediendo en materia política sigue aguda como siempre y en conversación con “Cápsula Informativa” señala que en las elecciones de mayo, se dio un mensaje claro y potente de la ciudadanía, en el sentido de que “se quieren cambios reales, concretos, profundos a nuestra Carta Fundamental que, por lo demás, ha establecido un sistema de abusos a partir del que se ha beneficiado un pequeño grupo de empresas y personas, a costa del interés general”.
Daza plantea que, además, “esto se da en un contexto donde los partidos políticos carecen de credibilidad para gran parte de la ciudadanía y un grupo importante ha optado por opciones independientes que, precisamente, dan una esperanza, mayores garantías de que esta agenda de cambios se va a concretar”.
A la hora, de entrar en un análisis más profundo sobre las causas que han llevado a que Chile esté en un nuevo escenario, sostiene que “los partidos políticos y sus representantes han generado, precisamente, los problemas de credibilidad de nuestras instituciones y los han profundizado, durante los últimos treinta años. Por lo tanto, esto es una consecuencia natural de lo que se ha sembrado, durante largo tiempo por parte de los partidos políticos y sus principales dirigentes”.
¿Cuáles son los desafíos concretos para avanzar en la nueva Constitución?
-Hay que entender que toda democracia que sea sustentable requiere contar con un mínimo de justicia social y en este ámbito lo que debemos hacer es avanzar en esa dirección y abordar los principales requerimientos que ha señalado la ciudadanía. Esto, se vincula a las pensiones, salud, vivienda, educación, donde más que definirse derechos se ha instaurado las bases de un gran negocio que ha beneficiado a unos pocos y ha perjudicado a muchos y, por lo tanto, debemos establecer derechos sociales propiamente tal, eliminar el rol subsidiario del Estado y reorganizar la forma cómo se ejerce el poder en Chile.
Esto, involucra el redefinir también la estructura del Estado, quitando poderes al Presidente de la República, transfiriéndoselos masivamente a los gobiernos regionales para que tengan mayores grados de competencia y autonomía para que puedan definir su propio futuro, a través de la participación ciudadana.
¿Cuánto ha influido la actitud del Gobierno frente al manejo de la pandemia, entregando migajas –como si fuéramos palomas-, llegando tarde con las ayudas, para que la ciudadanía respaldara a los independientes y les diera un portazo a los partidos políticos añejos?
-El sistema que se instauró en la Constitución del 80’ a sangre y fuego y que fue profundizado en los años noventa en adelante por los gobiernos de la Concertación quedó al desnudo, precisamente, a partir de esta crisis, donde se pudo constatar de una manera muy grotesca que el Estado se había transformado en una suerte de sucursal de los grandes grupos económicos en Chile y que, finalmente, las instituciones lo que hacían era resguardar el interés de unos pocos, los mismos de siempre en perjuicio del interés general, en una situación, además, de pandemia que ha generado una crisis sanitaria y económica, social como nunca antes habíamos visto en nuestra historia.
Creo que el que haya quedado el sistema de abusos instaurado y amparado por la Constitución, tan al desnudo y frente a los ojos de la ciudadanía, fue determinante en lo que se dio en los resultados de las últimas elecciones. Esto, abre un enorme camino para que existan cambios concretos y contemos con un proceso constitucional que sea creíble, exitoso y que nos permita, de alguna manera, enfrentar y tratar de empezar a reparar la profunda crisis social que existe en nuestro país.